Rihonor: lección de política exterior

Desde el mismo momento en el que llegamos al mundo, aprendemos poco a poco lo que significan las fronteras, los espacios acotados, las líneas infranqueables y, en definitiva, que se mira pero no se toca. En realidad, casi podríamos decir que todo se reduce a la propiedad privada o, en el mejor de los casos, al uso privativo de determinados espacios, como ocurre con el balcón de tu casa que, técnicamente, no es tuyo pero solo lo puedes utilizar tú.

Y es que tu libertad para mover los brazos acaba donde empieza mi nariz, una idea, comúnmente atribuida al economista estadounidense Stuart Chase, aunque tiene múltiples versiones. Nos hemos acostumbrado a disfrutar de nuestro espacio, que eso no es malo pero, en términos nacionales, llega a dar lugar a muchos conflictos.

Los mapas ya no son como los que estudiamos de pequeños.

Y no hace falta remitirse a a época de la descolonización, sino a las últimas décadas. Basta pensar en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Yugoslavia, con la pléyade de países desgranada en los territorios de la URSS y los Balcanes.

Todo lo que damos por sentado tiende a cambiar, incluso de forma abrupta, como ocurrió con la Unión Europea. Tan inmutable que pensábamos que era, salvo para ampliarse, y a uno de los miembros fundadores le da por irse dando un portazo. Y, si nos ceñimos a nuestra querida España, no hay mejor ejemplo que el de Cataluña, con los acontecimientos vividos desde octubre de 2017, con la declaración unilateral de independencia que, además de ilegal, contribuyó a dividir todavía más a la propia sociedad catalana.

En este extraño contexto, me consuela mirar hacia lugares tan particulares, cercanos y auténticos como Rihonor de Castilla y Rio de Onor. Por favor, que nadie busque vilipendio ni animadversión en la mención aislada de Castilla, que es como se llama ese pueblo zamorano y yo no tengo la culpa.

Iglesia de Santa Marina en Rihonor de Castilla (Getty Images)

Rihonor de Castilla es una pequeña localidad perteneciente al municipio de Pedralba de la Pradería, ubicada a unos 122 kilómetros de la capital zamorana, yendo por la carretera N-631, y a poco más de 100, si se entra en Portugal por el puente internacional de Quintanilha para coger la M523 y la N308, como sugerencia de ruta. 

La peculiaridad de este pueblo es que, para todos los efectos, es uno de los pueblos más internacionales del mundo porque está dividido en dos partes: Rihonor de Castilla, perteneciente a la provincia de Zamora, es decir, a España, y Rio de Onor, antigua ‘freguesia’ (ayuntamiento), ahora fusionada con Aveleda y perteneciente al distrito de Bragança.

La ‘división’ es inexistente para los apenas 15 habitantes de la parte española y los poco más de 40 de la portuguesa. Y es que en esta preciosa parte de la Raya o Raia hace muchos años que hizo paradigmático el maravilloso concepto de ‘la frontera que nos une’.

Al llegar, por la parte de la provincia de Zamora, a Rihonor de Castilla es difícil no pensar en la gruesa cadena que separaba las dos partes y que, por desventura de la pandemia, recordó momentos aciagos. Quienes hemos ido por la zona también hacemos memoria de la tienda, bar, lugar de encuentro y qué sé yo qué más, con María de Milín. Quién sabe dónde estará en estos tiempos esa cadena, que simboliza toda una época y que atesora en cada eslabón la esencia misma de una forma de ser. Ahora, muchas cosas han cambiado.

La escasa población de la zona, que tiene propiedades, tierras y ganado a los dos lados de la frontera, no ha sido capaz de entender por qué se bloqueaba el paso de forma oficial, incluido el camino a Santa Cruz de Abranes, de manera que, a días y a ratos, se veían obligados a entrar en la ilegalidad para coger pacas de paja y dar de comer a sus animales, al otro lado de la Raya.

La tierra abrupta y, al mismo tiempo, serena de Sanabria y de la Región Norte de Portugal.

En cualquier caso, la vida social real casi siempre ha procurado dar la espalda a los vericuetos administrativos, al menos, en el devenir diario. Los matrimonios internacionales terminaron por hacer prácticamente bilingües a los habitantes de la zona, aunque algunos españoles aseguran que los portugueses son un tanto reacios a dejarse invadir por otra lengua, por muy hermana que sea. En este camino, el dialecto rihonorés o rionorês, privativo de esa zona, ha caído en desuso en la misma medida en la que los jóvenes se han ido yendo por esos motivos que se repiten en todas partes y que tienen que ver con las oportunidades y con los proyectos vitales.

Rio de Onor dobla el número de habitantes de Rihonor de Castilla (Getty Images)

Siempre tendrán que quedar algunas sensaciones inolvidables, como la de ver en el bar de la Asociación, como lo llaman en el pueblo, dos grandes banderas de España y de Portugal, una colocada al lado de la otra, con lo que ello significa. Mientras tanto, en la tele, un España-Portugal o, mejor todavía, un Portugal-Inglaterra en los cuartos de final de un Mundial de Fútbol de 2006, con los españoles jaleando los penaltis que los lusos endosaron a los ingleses.

Esas son las auténticas lecciones de derecho internacional y de política exterior que nos gustaría ver emanar de nuestros representantes públicos. Porque las fronteras tienen la lógica de la defensa atávica de las propias identidades y de la mera organización territorial y administrativa, pero el ser humano va mucho más allá de las líneas imaginarias con las que la historia cose los mapas.

Sea como fuere, me quedo con disfrutar de la nueva pasarela peatonal recién construida, cruzar el puente para salvar el arroyo Fontano e ir al camping, en temporada, o a ‘O Trilho’, ‘El Trillo’, como dicen los zamoranos, y pedir una ‘Cerveja Super Bock, sabor auténtico’ y una bolsa de patatas sabor ‘queijo’ o ‘presunto’, es decir queso o jamón, porque la cultura de las tapas y los pinchos no se entiende en el lado luso con la misma amplitud y delicia que en el español.

Por Rafael Monje. Zamorano, productor cinematográfico (Producciones El Sueño del Monje).

«Rihonor: lección de política exterior» se publica el 21 de septiembre con motivo del EC Day, el día de la cooperación europea. 

IMAGEN: Puente que une Rihonor de Castilla (España) y Río de Onor (Portugal) – Getty Images

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