El fuego devora Zamora y Salamanca

España ha sufrido en los últimos días de numerosos incendios, avivados por una ola de calor que se prolongó del 9 al 18 de julio y que fue la más extrema registrada en el país, según datos provisionales de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Desde principios de año, han ardido unas 70.000 hectáreas, casi el doble de la media de la última década. El Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) indicó que 2022 está siendo el peor año en cuanto a incendios en España.

En lo que va de año, Castilla y León acumula el 43 por ciento de la superficie calcinada en toda España.

Mediado el verano de 2022, Castilla y León ha sufrido dos de los fuegos más devastadores de España desde que hay registros. Algunos, muy cerca de la frontera con Portugal, en parajes protegidos por figuras de protección ambiental, como la Sierra de la Culebra zamorana, lindante con el Parque Natural de Montesinho, o el parque natural de Las Batuecas en el sur de la provincia de Salamanca.

Zamora, bajo las llamas

Un 6 por ciento de la superficie de la provincia de Zamora ha ardido en dos incendios registrados con pocos días de diferencia. Ha arrasado con la Sierra de la Culebra, catalogada como Reserva Regional de Caza y Reserva de la Biosfera, paraíso del lobo ibérico y zona de gran importancia ecológica. Los incendios se iniciaron por causas naturales (rayos de una tormenta eléctrica). El fuego se extendió ayudado por el calor, la sequía y los vientos, y los refuerzos no bastaron para impedir que arrasara buena parte de estos parajes naturales. Los recursos autonómicos fueron respaldados por bomberos y material de varias comunidades autónomas, de la Unidad Militar de Emergencias y de la vecina Portugal.

Además de la pérdida medioambiental, los daños son cuantiosos: buena parte de los habitantes de esa zona vive directamente de la sierra de la Culebra por el turismo rural, la producción agroalimentaria o la generación de madera. Los ganaderos han pedido ayuda en localidades como San Martín de Tábara, donde no hay ni una pradera de pasto, ni seco, ni verde en todo el término. Los afectados se encuentran sin forraje ni alimentación para la ganadería.

En menos de dos meses en la provincia de Zamora se han calcinado en solo dos incendios más de 62.000 hectáreas. No es una cifra más. Es un 6% de la extensión de toda la provincia.

El incendio de la sierra de La Culebra, junto con el de Losacio, conforman una extensión continua de casi 60.000 hectáreas calcinadas, convirtiéndose, de lejos, en la peor catástrofe socio-ambiental de España detrás del hundimiento del Prestige en aguas gallegas.

El primero de estos incendios tardó una semana en ser estabilizado. Resultaron afectadas 30.800 hectáreas en un perímetro de 120,88 kilómetros. El origen del incendio más duro de los últimos 22 años en España no se puede achacar a un solo factor, sino una combinación de ellos: las altas temperaturas de la ola de calor, unas rachas de vientos de 70 kilómetros por hora y la baja humedad del terreno, prepararon la combinación perfecta para una catástrofe natural que solo necesitaba que prendiera la mecha.

El impacto de varios rayos hizo saltar las chispas provocando once focos en la noche del pasado 15 de junio. A partir de ese momento, las mismas condiciones que lo favorecieron actuaron en contra de un operativo de bomberos forestales que en las horas siguientes nada pudo hacer para frenarlo. La catástrofe obligó al desalojo de unas 26 localidades en las primeras 48 horas de avance, dejando una cifra final de afectados superior a las 1.250 personas.

Estos incendios han provocado el cierre de la línea férrea de alta velocidad entre Madrid y Galicia a su paso por Zamora por motivos de seguridad. En la zona hay abundante humo, y las llamas no estaban lejos de las vías. El tramo afectado es de unos cien kilómetros.

Apenas un mes después, un segundo incendio sacudió las inmediaciones de la sierra de la Culebra, en los alrededores de Losacio de Alba. El viento, que llegó a superar los 60 kilómetros por hora de manera constante, y a rozar los 100 de manera puntual, puso en aprietos a los efectivos y empujó al fuego en dirección al valle del Tera. Losacio, el fuego más veloz de la historia, devoró 10.000 hectáreas en 4 horas, apoyado en una cabeza “inatacable”.

El resultado fueron dos personas fallecidas (una de ellas, brigadista), 32.000 hectáreas afectadas y una sucesión de pueblos amenazados, con sus consiguientes desalojos; 32 localidades se quedaron vacías ante la posibilidad de que el humo y las llamas se llevaran por delante a la población. Esa evacuación afectó a más de 5.500 personas. Cuatro de estas localidades ya habían ardido en junio.

Las Batuecas, en peligro

El 11 de julio un incendio desatado en la comarca cacereña de Las Hurdes entró en la provincia de Salamanca, por el municipio de Monsagro. Allí, el viento y el calor impidieron controlar el incendio y las llamas llegaron hasta el parque natural de Las Batuecas-Sierra de Francia. El incendio forestal de Monsagro llegó a estar calificado como nivel 2 de peligrosidad y obligó a desalojar varias poblaciones. El terreno afectado supera las 9.000 hectáreas, convirtiéndose en el más catastrófico en la historia reciente en la provincia de Salamanca.

El fuego se ha llevado por delante una parte de la vegetación autóctona del parque natural, especialmente en el valle de Las Batuecas y en el entorno de Monsagro. Una tragedia ambiental y económica que no tiene parangón en la historia reciente de la provincia salmantina.

La causa del incendio que afecta a la zona de Monsagro (originado en Extremadura) aún continúan bajo investigación. Sin embargo, el origen del otro gran incendio que ha afectado las provincia salmantina, en el término municipal de Candelario, se atribuye a rayos. Las llamas de este incendio, que llegó a estar calificado con el nivel 1 de peligrosidad, se originaron el día 11 de julio y han afectado aproximadamente a 600 hectáreas. La orografía del terreno lo convierte en un incendio difícil de controlar y la abundancia de piedra de la zona impide el trabajo de la maquinaria.

CON INFORMACIÓN DE medios digitales de las provincias de Zamora y Salamanca

IMAGEN: Un religioso observa cómo se acerca el incendio al monasterio carmelita de San José, del siglo XVI, desalojado como consecuencia del incendio forestal de Monsagro en el parque natural de Las Batuecas (FOTO: La Gaceta Regional)

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