Iberismo multinivel

La idea de iberismo multinivel se refiere a las diferentes esferas que abarcan las relaciones entre Portugal y España. 

El vínculo ibérico abarca diversas dimensiones, por lo que conviene tener una visión global de los ámbitos de actuación del iberismo, explicitando los diferentes niveles en que se manifiesta. 

Los aspectos en que se desarrolla la ibericidad son el reflejo de las múltiples realidades en que conviven España y Portugal. Hace unas semanas la Cátedra de Saramago de la Universidad Abierta de Barcelona organizó las Jornadas: “Saramago y el Transiberismo”. Nuestro activismo ibérico está en esa línea de iberismo poliédrico, que busca un acercamiento multinivel. 

Pero nos gusta ser claros, directos y prácticos, porque no debemos entretenemos demasiado en disquisiciones teóricas. 

Concretando, en líneas generales, identificamos principalmente los siguientes niveles: iberoamericano, Unión Europea, relación bilateral entre los Estados, y cooperación transfronteriza. 

Veamos de manera genérica que significación tiene cada de ellos. 

Nivel Iberoamericano. España y Portugal son países europeos e iberoamericanos. El Sistema Iberoamericano está formado por 22 países miembros, la Secretaría General Iberoamericana y los Organismos Iberoamericanos Sectoriales que son: la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, OEI, el Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica, OIJ, la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, OISS, y la Conferencia de ministros de Justicia de los países iberoamericanos, COMJIB. 

Todos se encuentran coordinados por el Comité de Dirección Estratégica de los Organismos Iberoamericanos (CoDEI). 

La dimensión Iberoamericana de Portugal y España es un valor estratégico de máxima importancia. Un valor compartido que diferencia positivamente a nuestros países en relación al resto de Europa. Somos el puente entre la UE e Iberoamérica y la Iberofonía (países con lengua oficial portuguesa o española.)

Nivel Europeo (UE). Portugal y España entraron de manera conjunta, en 1985, a la entonces Comunidad Económica Europea. De sobra es conocida la importancia de la UE, una organización de Estados con un vínculo cada vez más estrecho de carácter confederal. La cohesión interna ha crecido en los últimos años, por dos acontecimientos, la pandemia de la Covid-19 y la salida del Reino Unido. La respuesta a la Covid, a través del Plan de Recuperación y Resiliencia, es un gran avance. El Brexit finalmente supone “librarse” del freno que casi siempre ponía el país británico a las políticas de cohesión. 

La guerra en Ucrania es un nuevo elemento que está cohesionando a la UE. La decidida respuesta europea de condena a Rusia, y apoyo a la invadida Ucrania, está poniendo en valor la política de Seguridad y Defensa común. 

Firma del tratado de adhesión de España a la CEE, el 12 de junio de 1985 en Madrid (Agencia EFE)

Pero la Unión Europea, con 27 países, mantiene en su seno diferentes niveles de integración, debido a la enorme complejidad de los diferentes Estados. Así la moneda común, el Euro, la comparten solo 19 de los 27 estados miembros. El Espacio Schengen, que elimina los controles fronterizos, está en 22 de los 27 países. 

La UE ha sido y es el principal motor de la integración ibérica. Los mecanismos de la UE posibilitan el desarrollo de un iberismo real de acciones concretas. Las alianzas de países dentro de la UE son algo habitual, la más importante es el llamado Eje Franco-Alemán. También está el histórico Benelux, entre Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, o el Visegrado, compuesto por Eslovaquia, Hungría, Polonia y Chequia. 

Relación bilateral entre los Estados. El recientemente firmado Tratado de Amistad y Cooperación entre los países ibéricos es el marco jurídico que define la relación entre España y Portugal a nivel bilateral. 

En el acuerdo se establecen unas estructuras de cooperación, que incluyen las cumbres bilaterales anuales, una instancia de seguimiento política de los acuerdos, reuniones anuales de los ministros de exteriores y defensa, cooperación parlamentaria y mecanismos de dialogo con las sociedades civiles. 

Es en el contexto bilateral, entre países soberanos, donde puede encajar un Consejo Ibérico que tenga la misión de coordinar las diferentes estructuras y las diferentes áreas de la Cooperación. Un Consejo Ibérico habría de dotarse de una sede permanente dotada de una pequeña estructura administrativa, a cuyo frente habría de estar un presidente con capacidad ejecutiva, y de reconocido prestigio en ambos países. 

Cooperación Transfronteriza. La frontera entre España y Portugal es un auténtico tesoro, a lo largo de sus más de 1.200 km; se atraviesa de norte a sur la península con una variedad climática, etnográfica y cultural completamente únicas. Es el punto de encuentro de dos lenguas próximas y universales, una riqueza inapreciable. 

Infelizmente la Raya es una zona con índices de desarrollo inferiores a la media de los países, con problemas de despoblamiento en muchos de sus partes, secularmente “olvidada” por los gobiernos. 

Afortunadamente esta realidad parece que empieza a cambiar, por lo menos en cuanto a toma de conciencia de sus inmensas posibilidades. Los gobiernos acordaron en 2020 la Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo, un magnífico plan, que incluye la movilidad transfronteriza, las infraestructuras físicas y digitales, la gestión conjunta de servicios en áreas como la educación y la salud, la cultura, el medio ambiente, los centros urbanos, la innovación y el desarrollo económico orientado a atraer personas, empresas y nuevas actividades. 

Paso fronterizo de Rihonor de Castilla (Zamora) y Rio de Onor (Braganza): un casco urbano dividido por el cierre de la frontera terrestre entre España y Portugal en 2020. (El Norte de Castilla)

El plan incluye acciones concretas pudiéndose beneficiar especialmente de los fondos Next Generation de la UE. Se trata de un iberismo pegado a la realidad que es muy necesario. Observaremos hasta qué punto, este Plan funciona; por el momento su nivel de penetración en la realidad rayana se nos antoja escaso. 

A este respecto, hace un par de semanas, tuve la ocasión de mantener una reunión con el secretario general de Reto Demográfico del Gobierno central, el Señor Francesc Boya. En ella pudimos hacer un breve balance del desarrollo de la ECDT. Pude observar una gran distancia entre las “buenas y ambicionas intenciones” del Plan y las capacidades y realidades concretas. La primera dificultad es la falta de recursos económicos directos para esta cuestión, por lo que se depende de otras partidas no específicas. El segundo problema importante es la dificultad de coordinar a las diferentes administraciones. Por ejemplo, en la ECDT se habla de coordinar los sistemas educativos, pero la educación es una competencia de las Comunidades Autónomas. El resultado es un estancamiento en la toma de decisiones que no nos podemos permitir.  

Precisamente son las Comunidades Autónomas fronterizas las que están desarrollando intensas políticas de cooperación con Portugal, con un iberismo de proximidad que merece todo nuestro apoyo. Es necesario divulgar todas estas actuaciones haciendo partícipe a la sociedad civil de su diseño y ejecución.

Por Pablo Castro Abad.

Licenciado en Ciencias del Trabajo, Catedrático en Formación y Orientación Laboral, colaborador en el diario digital de alcance Ibérico “El Trapézio” y activista de la Plataforma Civil Ibérica entidad impulsora de las relaciones entre España y Portugal.

«Iberismo multinivel» se publica el 4 de noviembre de 2022 con motivo de la celebración de la XXXIII Cumbre hispano-lusa en Viana do Castelo.  

IMAGEN: Escalera de acceso a FEHISPOR (Feria multisectorial de España y Portugal) 2019 (Facebook).

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